Hoy no basta con “tener conceptos” ni “saber hacer cosas”, sino que hoy se valora, y mucho, a aquellas personas que además de una buena preparación profesional, sean dueñas de fortaleza, resistencia, serenidad y enfoque para transitar por escenarios de gran dificultad y desconocimiento. Yo les llamo personas que “saben ser y avanzar”.

 

Personas que “saben ser” porque son conscientes de la necesidad de realizar su propia transformación a través del aprendizaje continuo. Y “avanzar” porque son activas, cuentan con un nivel alto de compromiso, disciplina y respeto. 

 

Son personas vitamina, inspiradoras, solucionadoras, que mientras ven como otros permanecen en la queja, la negación y la crítica destructiva, ellas siguen avanzando con voluntad, coraje y humanidad, aún ante el desconcierto, miedo y dificultad. Son personas que aprenden de todo, con todo y de todos. 

 

Aprender y formarse es algo necesario para ellas, ya que les ayuda a comprender, adaptarse y superar obstáculos para evolucionar más conscientes, preparados y equilibrados.

 

Es por ello que las formaciones tienen como motor principal la mente y como hilo conductor el cerebro y las emociones. 

 

Se adaptan tanto en contenido y lenguaje como en la selección de las dinámicas que estarán acordes a la tipología de los asistentes.