Hay momentos en la vida empresarial en los que una respuesta a tiempo, es la única opción.

No hay tiempo que perder ni exceso de datos a analizar en momentos tan cambiantes como los actuales.
Las empresas que cuentan en sus plantillas con “mentes ágiles” cuentan con un valor inestimable a la hora de contar con “respuestas ágiles”, ya que el camino se hace más llano con dichas mentes.
Son profesionales que saben responder en vez de reaccionar emocionalmente ante sucesos, comentarios o acciones no esperadas.
Esta agilidad no es solo necesaria ante imprevistos, es vital que se normalice en el día a día empresarial, puesto que no contamos con tanto tiempo para la estrategia ni la planificación que a veces resulta altamente alargada en los tiempos, reunión tras reunión.
No hablo de precipitación, sino de contar con la suficiente habilidad para abrir la mente, flexibilizarla, mantenerla atenta y templada, porque no todo vale en las respuestas rápidas.
Entrenar la rapidez tiene que ver con estar atentos y hacer caso (muchas veces) a la intuición del saberse capacitado para accionar respuestas apropiadas al momento.
No es fácil, ser rápidos y acertar, aun así, es algo que viene para quedarse.
Mantente en calma, observa, confía en tu intuición y en tus recursos profesionales.
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